DIOS Y LA CARNE SE CASAN.
En Ágape se celebra un amor irresistible entre lo patético y lo milagroso. Vicio y virtud son invitados de honor. Cuerpos, voces y cuerdas tensas se sumergen en juegos simbólicos y ritos de paso, escudriñando entre lo puro y lo impuro, lo glorioso y la purga.
Esta obra abre una conversación cara a cara con el inconsciente para expiar los legados desfasados y heredar las auténticas perlas. A base de sacudidas, muertes y sueños, se parirán las nuevas realidades.
“…El tiempo parece suspenderse entre las cuerdas vocales de Beñat Achiary, las de la guitarra y la zanfoña de Raúl Cantizano y las que cuelgan del escenario y con las que interacciona este trío prodigioso. Ágape es un lujo, un alivio, una invitación a contemplar, a ser felices lejos de nuestros egos y de nuestras ansias. Una pieza singularísima de total coherencia dramatúrgica, que nos saca de donde estamos y que, sin duda, amplía el concepto de danza. ¡Una delicia! Otro mundo..." Alfonso Becerra.